Hoy os quiero hablar sobre turismo. En la carrera de ciencias ambientales había una asignatura optativa que se llamaba «Paisaje, turismo y patrimonio» es una de las asignaturas optativas que cursé en la carrera, muchos la veían como una tontería, pero a mí me llamaba la atención, así que la cursé y disfruté mucho con ella. En esta asignatura nos enseñaron los orígenes del turismo, el concepto de patrimonio, la relación del turismo con el medioambiente y por supuesto los efectos perjudiciales que tiene el turismo en el medioambiente.
¿Por qué enseñan turismo en el grado de ciencias ambientales?
La respuesta es muy simple, para que estemos concienciados sobre los problemas medioambientales de este y saber establecer medidas correctoras que permitan un desarrollo sostenible del turismo. Desarrollo sostenible una palabra que habéis leído mucho en este perfil y que la vais a seguir leyendo.Aunque hoy no os voy a hablar de desarrollo sostenible de manera directa, sino de un tipo de turismo.
En la asignatura de «Paisaje, turismo y patrimonio» nos enseñaron los distintos tipos de turismo que existen, algunos de ellos muy impactantes creedme. El otro día en la televisión escuché una nueva tipología de turismo, el llamado, TURISMO DE TEMPERATURA. No, no es el turismo que va a las playas, ese se denomina turismo de sol y playa.
El
turismo de temperatura lo realizan personas que huyen de las altas temperaturas, estas personas visitan enclaves escondidos o desconocidos para la mayoría de las personas. Estos lugares cumplen la condición de que la temperatura es menor que la del entorno. Estas personas por ejemplo se desplazan principalmente andando o en bicicleta hacia lugares escondidos, y es que estos espacios están normalmente alejados de la civilización.
Una de las características de este espacio es que la naturaleza crea un BIOCLIMA, que hace que la temperatura sea menor de lo esperado. Esto se produce por la conjunción del agua y una naturaleza frondosa. El agua para evaporarse toma el calor del aire, lo mismo que ocurre con los árboles, por eso la sensación de frescor es mayor.
Esto mismo ocurre cuando nos desplazamos de la ciudad, en la que predomina el asfalto y el cemento, a pueblos muy naturalizados o al monte. Pero este tema ya os lo comentaré más adelante. Las personas que realizan turismo de temperatura buscan enclaves como el de la fotografía «La Nevera de la Tomasa», un espacio fascinantes por su increíble belleza pero de difícil acceso.
Este paraje se encuentra en el curso del río Genilla, podemos acceder por la carretera de Priego de Córdoba- Carcabuey, en pleno corazón de la Subbética Cordobesa. Tras recorrer el Río Genilla se llega a una cascada y a una poza en la que vierte sus frías aguas el río Genilla. Zarzas, higueras, Olmos y álamos negros cobijan esta cascada.
Como podéis ver, este enclave cumple todos los requisitos para ser visitado por aquellos que buscan realizar turismo de temperatura, aguas frías, temperatura ambiente reducida y se debe realizar a pie, no se puede llegar con el coche.
Para ilustrar este post he elegido está fotografía de Mateo Olaya Fotografía fotógrafo Egabrense, que poco a poco va captando con su cámara más rincones de la Subbética Cordobesa. Os invito a pasaros por su perfil para que disfrutéis de todas sus fotografías.




