Cada 7 de julio celebramos el día de la conservación del suelo. El suelo cubre la mayor parte de la superficie terrestre. Junto con el aire y el agua, es uno de los recursos más indispensables. Seguro que muchos pensamos que el suelo es algo que ha estado ahí siempre y que siempre va a estar, al igual que pasa con el agua o con el aire. Pero si incluimos el aire seguro que se os viene a la cabeza la idea de que el aire no va a estar ahí siempre. La contaminación está haciendo que cada día tengamos disponible menos cantidad de aire limpio. Pues lo mismo ocurre con el suelo, los distintos procesos de origen antrópico también están contaminando el suelo, ese que pensamos que siempre ha estado ahí y que va a estar.
Día de la conservación del suelo
En los últimos años, la ciencia ha tratado que pensemos en la Tierra como planeta, no como sistemas aislados. Donde podemos encontrar una fina cubierta de aire, una fina capa de agua y una fina capa de tierra, que se combinan para dar apoyo a una red de vida de una maravillosa diversidad que está cambiando continuamente.
El suelo es el nexo de unión entre la vida y un planeta sin vida. La biosfera debe su existencia a una docena de elementos químicos que encontramos en la corteza terrestre. Las plantas llevan a cabo el papel intercambiador de asimilar elementos esenciales y hacerlos asequibles para los animales.
¿Qué es el suelo?
La superficie de la Tierra está cubierta por una capa que se llama regolito, la capa de roca y fragmentos minerales producidos por meteorización. El suelo es más que esta capa. El suelo es una combinación de materia mineral, orgánica, agua y aire; aunque las proporciones de estos materiales puede variar. Aproximadamente la mitad del volumen total de un suelo superficial de buena calidad está compuesta por una mezcla de roca desintegrada y descompuesta y de HUMUS, restos descompuestos de la vida animal y vegetal. La otra mitad consiste en espacios porosos entre las partículas sólidas donde circula el aire y el agua.
Factores formadores del suelo
El suelo es el producto de la interacción compleja de varios factores, entre ellos la roca madre, el tiempo, el clima, las plantas, los animales, la topografía. Estos factores interactúan los unos con los otros, formando con el tiempo lo que se ha descrito como suelo.
El perfil del suelo
Dado que los procesos de formación del suelo actúan desde la superficie hacia abajo, las variaciones de composición, textura, estructura y color evolucionan de manera gradual a las diversas profundidades. Estas deferencias verticales, que normalmente van siendo más pronunciadas conforme pasa el tiempo, dividen el suelo en zonas o capas conocidas como horizontes. Estas secciones verticales de este tipo de a través de todos los horizontes del suelo constituyen el perfil del suelo. Podemos identificar cinco horizontes, que desde la superficie hacia abajo son: O, A, E, B y C. Estos cinco horizontes los podemos encontrar en las zonas templadas donde los suelos se desarrollan con normalidad, pero en determinadas zonas del planeta puede que falten uno o varios de estos horizontes.

Clasificación de los suelos
No encontramos el mismo tipo de suelo en todos los lugares de la Tierra, existen muchas variaciones de un lugar a otro y de un período a otro entre los factores que controlan la formación del suelo. Estas diferencias conducen a una variedad desconcertante de tipos de suelos. Los tipos de suelo que podemos encontrar son: alfisoles, andisoles, aridosoles, entisoles, gelisoles, histosoles, inceptisoles, molisoles, oxisoles, espodosoles, ultisoles, vertisoles.
Erosión del suelo
El suelo es un recurso esencial para el ser humano, al igual que el ingenio humano puede aumentar la productividad agrícola de los suelos por medio de la fertilización y la irrigación, también se pueden dañar los suelos como consecuencia de actividades negligentes, convirtiéndose el suelo en uno de los recursos más maltratados del planeta.
Quizá estos descuidos e indiferencia se deban a que una cantidad sustancial de suelo parece mantenerse incluso allí donde la erosión es intensa. No obstante, aunque la perdida de capa vegetal superior fértil quizá no sea obvia a los ojos no preparados, es un problema cada vez mayor, conforme las actividades humanas se extienden y alteran cada vez más la superficie de la Tierra.
7 de julio, día de la conservación del suelo
Debido a este maltrato que está sufriendo el suelo, el 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo. Esta efeméride se estableció en el año 1963 por decreto de la Presidencia de la Nación en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennet, investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.
El objetivo que perseguía Hammond y que es el principal propósito de este día, es el de concienciar a las personas de la importancia fundamental que tiene la tierra dentro del frágil equilibrio medioambiental.
En un mundo donde se habla continuamente acerca del cambio climático, casi nadie se ha parado a pensar, cómo afecta la contaminación o la explotación excesiva de los suelos a la destrucción del medio ambiente, poniendo en riesgo la supervivencia de las especies.
Por eso debemos luchar para evitar la desertificación, conversión de un terreno fértil en uno improductivo, esto producirá tres graves consecuencias: la deforestación, el uso desequilibrado de los suelos, mal uso de equipos mecanizados.
Por último, te invito a que visites la sección “Enviroment´s time” en la que cuento más consejos sobre medioambiente.