Cada 8 de noviembre se celebra el día mundial del urbanismo. Con este día se pretende concienciar a la población sobre la importancia de unas ciudades urbanas sostenibles. Sostenibilidad, preciosa palabra que se está introduciendo en el vocabulario de la sociedad, pero que tan poco llevamos a la práctica. Desde mi punto de vista pienso que más que la sociedad en general esté informada sobre la importancia de un plan de urbanismo sostenible, los que deberían estar formados en este ámbito son los técnicos de los ayuntamientos con planes de movilidad urbana sostenibles y una inclusión de las nuevas tecnologías renovables en la construcción de edificios, así como planes de construcción que incluyan zonas verdes en más espacios de las ciudades.
Origen del día mundial del urbanismo
Para conocer el origen del Día Mundial del Urbanismo nos debemos remontar al año 1949, cuando el urbanista e ingeniero Carlos María della Paolera. Carlos era catedrático de urbanismo en la Universidad de Argentina, exdirector del Instituto de Urbanismo de la Univerdad de Buenos Aires, y graduado del Institut d’Urbanisme de París. Además, fue el creador del símbolo del urbanismo.
Pero tendrían que pasar 30 años para que este día tuviera una celebración más o menos oficial. La intención de este día era y es apostar por los intereses públicos y profesionales de la planificación urbana. La celebración quedó a cargo de la Organización Internacional del Día del Urbanismo. En diferentes países del mundo podemos encontrar diferentes comités permanentes que buscan conmemorar su celebración.
El urbanismo no es un problema menor, de hecho, está contemplado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es el objetivo número 11 de la Agenda 2030. En dicha agenda se establece que hay que mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en barrios marginales. Una de las metas más ambiciosas es encontrar un equilibrio entre la vida moderna y el medio ambiente. Las ciudades se tienen que adaptar al cambio climático, para ello tienen que ser más sostenibles y ecoamigables.
Símbolo del urbanismo
Carlos María della Paolera creó un símbolo que representa como debería ser el urbanismo, o por lo menor el concepto que él tiene sobre el mismo. En dicho símbolo podemos ver representados el aire, en color azul. El sol en color amarillo, y la vegetación en color verde. Una trilogía de elementos naturales y esenciales para la vida humana y que deben estar contenidos en el urbanismo.
Problemas ambientales y urbanismo
Hablando del tema de más espacios verdes en las ciudades, me viene a la mente la crisis de “niebla” que sufrió Londres en 1952.
La gran niebla de Londres
Este fenómeno fue conocido como la “Gran niebla” al principio la ciudadanía pensaba que era un fenómeno meteorológico natural, pero al poco tiempo y tras analizar distintos factores los científicos descubrieron que fue un periodo de contaminación ambiental.
Este fenómeno sucedió desde el 5 de diciembre hasta el 9 del mismo mes. El fenómeno fue considerado una de las peores crisis medioambientales de la historia. Este hecho se debió a una quema incontrolada de combustibles fósiles procedentes de la industria y el transporte.
En la serie “The Crown” se puede ver en uno de sus capítulos esta escena y según la serie Churchill consideraba en un primer momento que este fenómeno era normal y que era bueno para el país porque representaba la grandeza económica de la región, pero un hecho trágico haría que Churchill cambiara de opinión y se tomaran algunas medidas para intentar remediar esta situación. Esta crisis casi le cuesta el puesto Churchill. Se estima que este episodio de contaminación crítica produjo unas, 12000 muertes y dejó unos, 100000 enfermos.
¿Por qué se produjo la Gran Niebla de Londres?
Varios fueron los factores que desencadenaron esta crisis. En primer lugar, la mala calidad del carbón que se estaba consumiendo en aquella época en Londres. Debido a los problemas típicos de la postguerra, el carbón de mejor calidad era exportado a otros países. Los londinenses consumían un carbón de baja calidad, rico en azufre, que agravó mucho el problema de salud de los habitantes de Londres.
En segundo lugar, esta acumulación de contaminantes se debió a una inversión térmica (en la parte alta de la atmósfera, en lugar de encontrar aire a menor temperatura como debería ser normal, cuando hay una inversión térmica, este aire está a mayor temperatura de lo normal). Lo que imposibilita la dispersión de contaminantes debido a la densidad del aire.
El tercer factor, que desencadeno esta crisis, fue un exceso de quema de combustibles, que propició un aumento de humo.
Un cuarto factor fue la cercanía de los núcleos de población a las fábricas. Lo que imposibilitaba la dispersión de contaminantes. Cuanta más distancia recorran los contaminantes, más posibilidad de que estos se dispersen.
Smog en las ciudades europeas
Por todos estos factores, una buena urbanística puede hacer que episodios como este que vivió Londres o que se viven en la actualidad en ciudades como Madrid o Barcelona se eviten. En primer lugar, situando las industrias lejos de núcleos de población. Instalación de más zonas verdes, Churchill a partir de aquella crisis determinó que cada cierto espacio debía de haber una zona de respiro, es decir, sin construcción ni fábricas, para que los contaminantes se dispersaran. Utilización de energías renovables, uso de medios de transporte limpios, construcciones más eficientes, y un largo número de medidas que de enumerarlas todas en este post sería interminable.