“La música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz”
Claude Debussy
Hoy con motivo de la festividad de Santa Cecilia quería buscar una forma de unir de estas dos disciplinas y la clave me la ha dado Claude Debussy. Para mi Claude Debussy era una persona desconocida hasta que vi esta frase en internet, parecerá que no dice nada, pero a los que conocemos el mundo de la óptica seguro que nos dice mucho. Para los que queráis saber más sobre este compositor os animo a que busquéis su vida en Google.
Porqué dijo Claude que la música es la aritmética de los sonidos, pues es tan sencillo por la música tiene una forma de medirse, la métrica, que es la estructura subyacente que se basa en la aparición periódica, a intervalos regulares de sonidos u otros elementos acentuados. Muchos dirán lo que estás definiendo es el ritmo de la música, eso pensaba yo también pero no, la métrica es una cosa y el ritmo otra. El ritmo hace referencia a la duración de los sonidos, la métrica tiene su esencia en los acentos. La forma de escribir la métrica es mediante las indicaciones del compás, que se indican al principio de la partitura.
Y muchos pensaréis y cual es su relación con la óptica, pues muy sencillo la música es sonido y “viaja” por el aire en forma de onda. Y la luz “viaja” también por el espacio en forma de onda, y la óptica es la encargada de medirla y estudiarla. El compás es la representación en el papel de la forma de medir la música, al igual que la marcha de rayos de la óptica geométrica representa en el papel la forma de representarse la luz en el papel. Todo esto a grandes rasgos y para que se entienda en un lenguaje coloquial.
Todavía recuerdo mi primera clase en la universidad de óptica geométrica, madre mía, donde me había yo, el trabajito que me costo pillarle el truco a la marcha de rayos y ya una marcha de rayos en sistemas compuestos ni os cuento. Pero eso no era nada para lo que después vino en tecnología óptica 2 cuando aplicamos estos conocimientos a sistemas ópticos de la vida cotidiana, como los microscopios, telescopios y mi gran amiga la cámara fotográfica, en esos años tuve una relación de amor odio que estuvo apunto de tirar por los suelos uno de mis obvies hoy en día, pero ahora me alegro por que todo lo que aprendí de aberraciones ópticas, rangos de visión nítida, focales, diafragmas de apertura, sensibilidad, profundidad de campo, etc. Se lo debo a esas clases. Pero bueno dejarme volver a los inicios, la marcha de rayos.
La marcha de rayos se basa en las leyes de la refracción de y reflexión para explicar porque cuando observamos una imagen a través de una lente la vemos de esa forma. De esta forma cuando tenemos un espejo, dioptrio o una lente nos basta realizar una marcha de rayos para saber donde formará ese sistema óptico la imagen del objeto observado.
Son tres las leyes que rigen la representación gráfica de la marcha de rayos:
-Cualquier objeto que paralelo al eje óptico y que pase por el vértice del objeto cuando atraviese el dioptrio pasará por la focal de la lente.
-Cualquier rayo que pase por el vértice del objeto y se dirija al vértice de la lente se reflejará en la lente con el mismo grado de incidencia en el vértice de la lente.
-Cualquier rayo que pase por la focal de la lente saldrá paralelo al eje óptico una vez atravesado el dioptrio.
Veis esto que parece tan fácil, pues cuando tenéis una lente delante se complica lo más grande, y ya si tenemos un sistema compuesto, no os quiero ni contar. Por que estas reglas no se aplican de la misma forma si la lente es cóncava o convexa. Todo depende del cristal con el que se mira.
Por eso mi blog se llama así “Todo depende del cristal con el que se mira” no necesita el mismo tipo de corrección óptica una persona con miopía que una persona con hipermetropía. La marcha de rayos no es igual si tenemos una lente convexa o una lente cóncava. Y podría seguir haciendo comparaciones pero seguro que os aburriría y esa no es mi intención.
Un ejemplo de macha de rayos, a ver que os parece.



